Un ambiente clásico se hizo sentir en el edificio, con edecanes elegantemente ataviados, algunos tratando de recrear aquella época, que con luces de velas en los graderíos, complementaban el marco para la maquinaria que, rescatada del olvido, día a día da la bienvenida a los visitantes de este histórico edificio.
Todo tipo de maquinaria pudo apreciarse, desde máquinas de escribir, hasta guillotinas, pasando por las empastadoras, los linotipos, reproductoras y mucho más, que nos hacen ver que el tiempo no ha pasado en vano y que comparado con la tecnología del presente, sin duda aquellas personas vivieron una época mucho más humanizada y con una relación personal con esta maquinaria, que podría caber en la leyenda.
Apostaría que algún linotipista conversaba con su máquina, pidiéndole que no le fallara, o que le esperaba pacientemente mientras le hacían su servicio de mantenimiento. O algún guillotinista conversaba con el filo de su cuchilla, pidiéndole trazos definidos y excelentes. Pero cuando vemos toda esta maquinaria y equipo, formando parte de un conjunto histórico, podemos imaginar cómo pudieron ser aquellos tiempos en que se iba menos de prisa, y las noticias no eran tan alarmantes como en el presente.
Una Noche en el Museo, es una muestra de lo que en su momento fueron los primeros pasos de la imprenta en Guatemala, su proceso de evolución, y la oportunidad de que el público conozca más de la historia del periodismo y las publicaciones nacionales. Este proyecto espera replicarse por lo menos una vez al mes, según sus organizadores.
Fuente: Marco Tulio Monzón / Adesca
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