Con la partida de Nancy Cruz, el ballet nacional está de luto. Por más de 20 años, la joven se entregó con “pasión” a esta rama de las bellas artes, según Sonia Juárez, directora de la Academia Marcelle Bonge, de la que fue uno de sus pilares.
Cruz fue asesinada el viernes en su apartamento, en la zona 12, pero deja tras ella una huella en el arte guatemalteco. Fue parte de cada una de las funciones que organizó la academia, y participó en competencias en El Salvador y en Costa Rica, donde obtuvo el reconocimiento a la Mejor expresión, según Juárez, con su interpretación de la Muerte del cisne. La última vez que se presentó sobre las tablas fue el pasado 25 de julio, con la puesta en escena del espectáculo Variaciones clásico, en el Teatro de Cámara Hugo Carrillo, del Centro Cultural Miguel Ángel Asturias. Su maestra recuerda que ese día “Nancy se veía tan plena, con tanta energía”, pues tenía una sensibilidad especial para ejecutar cada movimiento.
Juárez tiene fresco en la memoria el jueves 2 de agosto, día en que por última vez vio a su alumna. “Ella vino a la academia a tomar su clase, habló conmigo y me dio las gracias por todo lo que yo le había dado con la danza… me quedé asombrada”, expresa con voz entrecortada la directora, quien recuerda a la joven como una “gran”amiga.
Nancy Cruz será recordada como “un ser humano positivo que no tenía maldad. Con una sonrisa especial, siempre pronunciaba palabras de positivismo, era una luchadora”, señala Juárez.
Amarilis Girón, coordinadora pedagógica de la Escuela Nacional de Danza, lamenta la muerte de la balletista, de 34 años, y asegura que la noticia consternó al gremio.
Fuente: Ana Lucia Ola / Siglo 21
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